PROCESIÓN DE LOS REYES A CABALLO, cantan los pajes y
contestan las vírgenes (La Virgen María y Santa Ana).
- MELCHOR: ¡Oh dolor! ¡Viaje perdido!
- ¿Qué ha sido de nuestra estrella
- que guiados pues por ella
- lejos de nuestra nación
- concluye nuestra ilusión,
- sin saber donde girar
- ni al Redentor encontrar?
- ¿Qué hacer en este trance compañeros?
- ¿Seguiremos adelante o volveremos hacia atrás?
- Reyes sin tropa nunca irán seguros y siempre
- irán expuestos a caer en manos de sus enemigos.
-
- GASPAR: No temas siervo querido, no temas,
- que el que cumple con los preceptos de Dios
- siempre irá seguro, y no irá expuesto
- a caer en manos de sus enemigos.
-
- BALTASAR: ¡Compañeros! Apeémonos de nuestros dromedarios
- y entremos dentro a ver si hallamos
- razón de ese Rey-Niño
- que con tanto anhelo buscamos,
- que guiados pues por Dios,
- hemos de llegar a hallarlo.
-
- AQUÍ SE APEAN DE LOS CABALLOS Y DICEN LOS JERUSALENITAS
-
- 1º JERUSAL: ¿Qué grupo de gente es aquel que se ve allí a la entrada de
Jerusalén?
-
- 2º JERUSAL: No sé, no sé, parecen gentes principales.
- Acerquémonos a ver, a ver qué gente es.
-
- MELCHOR: La paz sea con vosotros Jerusalenitas.
-
- 1º JERUSAL: Y también con vuestras Majestades y con vuestros fieles
siervos.
-
- GASPAR: Decidnos, por favor, ¿cuál es el palacio del Nuevo Rey de los
judíos?
-
- 2º JERUSAL: ¿Nuevo Rey de los judíos? ¡ca!, ¿Recién nacido?. No, viven
equivocados, viven en un error.
-
- BALTASAR: No vivimos equivocados, ni vivimos en un error, que el cielo nos
dio aviso y no nos pudo engañar.
-
- MELCHOR: Hacednos el favor de mostrarnos el palacio de vuestro Rey.
-
- LOS DOS JERUSALENITAS: Con mucho gusto, señores. Éste es.
-
- SE ACERCAN LOS REYES AL PALACIO DEL REY HERODES Y EXCLAMAN:
-
- MELCHOR: Estos bellos obeliscos
- que admiro en esta fachada
- cierto estoy, pues no me engaño,
- que están,
- de algún rey en morada.
-
- GASPAR: La estrella que nos condujo
- desde el orbe cristalino
- nos dice que mora aquí
- a quien buscando venimos.
-
- APARECE EL GUARDIA DEL REY HERODES.
-
- GUARDIA DEL REY
- HERODES: ¡Pie atrás, señores, pie atrás!
- que el que ufano se atreva
- a pisar estos umbrales
- tendrá la muerte muy cierta.
-
- BALTASAR: ¿Vive aquí el Rey de los Judíos
- que es Príncipe de la tierra
- por quien los Reyes de Arabia
- caminamos tantas leguas?
-
- PAJE: Aquí vive el gran Herodes
- rey de toda la Judea
- que sólo con oír su nombre
- todas las regiones tiemblan.
-
- MELCHOR: ¡Vive Dios a quién adoro!
- que los camellos de Arabia
- no temen al gran poder
- de vuestro, augusto monarca.
-
- Id y decid a vuestro amo
- que sin temor ni arrogancia
- queremos verle y hablarle
- cosas de gran importancia.
-
- HERODES DESDE LA PUERTA DICE:
-
- HERODES: Qué ruido, qué confusión
- de cajas, trompetas, bocinas
- escucho en Jerusalén,
- por esas plazas vecinas.
- ¿Hay alguna sedición
- que amenace nuestra ruina?
-
- PAJE: Tres reyes, señor, de Arabia
- piden para hablar permiso,
- si vuestra majestad
- quiere escucharles, benigno.
-
- HERODES: ¡Tres reyes! ¿cómo se entiende?
- la Arabia será mía,
- ¿Qué piden o qué pretenden
- esos reyes extranjeros
- entre la gente judía?
-
- ¡Diles que entren!, ¡diles que entren!
- De rabia estoy que reviento,
- el pecho abrir se me quiere
- el corazón me da vuelcos
- y me rechinan los dientes.
-
- PAJE: Pasen vuestras majestades
- y veremos vuestros viajes.
-
- LOS 3 REYES: A vuestra majestad
- corteses, las manos besan
- tres potestados de Arabia
- país de riqueza inmensa.
-
- HERODES: ¿Qué es, decidme, la causa
- que tres reyes extranjeros
- caminéis por reino extraño
- por entre escarchas y hielos?
- Vuestro viaje me da celos;
- no me tracéis ningún daño
- o algún alevoso engaño
- en mi corte o en mi reino.
-
- MELCHOR: No temas, Herodes grande,
- quitaos esos recelos,
- la causa de nuestro viaje
- y el pisar hoy vuestro suelo
- es el rendir vasallaje
- a un niño recién nacido
- que es Rey, es Dios,
- es Ungido por la mano del Eterno,
- es Rey de todos nuestros reinos
- y ha nacido en tus dominios.
-
- HERODES: ¡Nuevo Rey en mis dominios!
- ¡No será siendo yo vivo!.
-
- GASPAR: Tú el mayor de los tiranos
- tus trazas serán en vano.
-
- HERODES: Pues, ¿quién os ha llevado la nueva
- de estar ese nuevo Rey
- en mi tierra de Judea?
-
- BALTASAR: De la estrella los reflejos
- que inundan la tersa esfera
- dicen, pues, que en esta tierra
- ha nacido aquel bosquejo
- aquel tarazón de cielo
- aquel perfecto modelo
- de la celestial riqueza
- que al Demonio da tristeza
- y al pecador da consuelo.
-
- HERODES: ¿Y Cuánto tiempo ha que ha nacido?
-
- MELCHOR: Según lo anuncia el Divino
- trece días no cabales
- que traemos de camino.
-
- HERODES: Y ¿En qué sitio o qué paraje
- ha situado su morada?
-
- GASPAR: No sabemos,
- mas siguiendo el astro venimos
- que dirige nuestro rumbo,
- si nos lleva al cabo del mundo
- allí iremos de contado
- a sus plantas rendirnos;
- ya traemos prevenidos
- para ofrecerle aguinaldos.
- Mirra ofrecemos al hombre
- el oro al Rey poderoso
- y al Dios de los serafines
- incienso que es oloroso.
-
- HERODES: Y ¿Por qué habéis venido
- a hacer inquisiciones a mi corte, Príncipes?
-
- BALTASAR: ¿Sabéis por qué?
- Porque la tradición de nuestros mayores desde el Profeta Balán, nos tenía
señalado que en el tiempo en que se viera una estrella en el aire, sería
señal o indicio cierto de haber nacido el Rey tan deseado de las gentes. Y
habiendo visto la estrella, hemos llegado hasta aquí, pareciéndonos que aquí
hallaríamos fertilidad y certeza en el prodigio.
-
- HERODES: Y esa estrella que se os ha aparecido en la Arabia, y ese astro que
os ha arrastrado hasta aquí y que con tanto desasosiego os ha traído fuera de
vuestras casas ¿han pasado muchos años desde que se os apareció, o es cosa de
pocos días? Recorred vuestras memorias y decidme la verdad.
-
- MELCHOR: Pocos días hace que la estrella nos dio el aviso.
-
- HERODES: ¿Cuántos días hace que la estrella os dio el aviso?.
-
- GASPAR: Sólo trece días hace que dejamos nuestros reinos.
-
- HERODES: Pues, ¿cómo en tan pocos días habéis caminado tanto, siendo
así que desde la Arabia hasta aquí hay más de mil quinientas leguas?.
-
- MELCHOR: Mas no sé os haga dificultoso, porque nuestros dromedarios andan
mucho. Por tanto, suplicamos a Vuestra Alteza, nos digáis el lugar destinado
para su nacimiento, pues tenemos gran deseo de verle y adorarle.
-
- HERODES: Pues, ¿quién os ha llevado la nueva a la Arabia tan distante, sin
que se sepa en Judea que no es la gente ignorante?.
-
- BALTASAR: Del cielo nos fue el aviso
- admirable y elocuente,
- una estrella sorprendente
- de una luz extraordinaria
- que apareció en el Oriente
- al entrar aquí en tu corte
- se ha ocultado de repente.
- El motivo lo ignoramos,
- Herodes, de ti esperamos
- que si acaso tú lo sabes,
- por favor nos lo declares.
-
- HERODES: Yo nada sé de estas cosas
- ni las he visto ni oído;
- pero aquí en mi corte
- hay sabios y doctores muy entendidos
- que os podrán dar razón
- de todos estos prodigios.
- Voy a mandarles venir.
- Ven corriendo siervo mío. (Llama al guardia)
- Di a los sabios y doctores
- que vengan sin más aviso,
- que ahora en este momento
- es cuando les necesito.
-
- GUARDIA: Obediente estoy, señor,
- y pronto a vuestro servicio.
-
- VA CORRIENDO A LLAMAR A LOS SABIOS
-
- GUARDIA: Sabios del pueblo escogido,
- doctores de Israel, venid,
- venid, que Herodes os llama
- venid pronto y obedientes
- que le hacéis falta en este instante.
- Apresuraos, corred,
- que si no llegáis a tiempo
- el rigor de su ira
- contra vosotros tendréis.
-
- LOS DOS SABIOS MEDITAN
-
- LOS 2 SABIOS: A vuestra majestad
- nos presentamos rendidos
- los doctores de Israel
- obedientes y sumisos.
-
- HERODES: Decidme, sabios del pueblo escogido,
- doctores de Israel,
- ¿sabéis dónde ha de nacer el Ungido,
- el verdadero Rey, Mesías,
- y también llamado Cristo?.
-
- SABIO 2º: Sí, lo sabemos de cierto,
- el mismo Dios nos lo ha dicho
- en su revelación santa
- hecha por profetas antiguos,
- que en la ciudad de Belén
- cuna del Divino Niño,
- el que arruinará los templos
- donde se adoran los ídolos
- quebrantando la cabeza
- al dragón voraz nacido,
- y reinará en Israel
- por los siglos de los siglos.
-
- HERODES: Decidme:
- ¿Lo habéis acaso leído
- en las Santas Escrituras?.
-
- SABIO 1º: Sí, Señor, lo hemos leído;
- y en ellas está marcado
- bien señalado y bien fijo
- por el profeta Daniel
- y Jacob que es más antiguo.
- Daniel contó por semanas
- semanas que han transcurrido.
- Jacob dice que vendrá el Mesías prometido
- cuando el cetro de Judá
- no le tengan ya sus hijos.
- Tú de Jacob no desciendes
- luego el tiempo está cumplido.
-
- HERODES: Decidme y ¿no habrá una señal grande
- o algún estupendo prodigio
- que manifieste a los hombres
- que el Salvador ha nacido?.
-
- SABIO 2º: Sí, habrá señales muy ciertas
- habrá estupendos prodigios,
- los ángeles bajarán
- allá desde el cielo empíreo
- a cantar al Rey sus glorias
- en los más hermosos himnos
- y a anunciar a unos pastores
- que el Redentor ha nacido.
- Estos irán presurosos
- con sus pobres donativos
- a adorar al Redentor
- y ofrecerle sus servicios.
- Unos Reyes extranjeros
- vendrán con gran regocijo
- a presentarle sus dones
- con un amor exquisito,
- ¿quiere Vd. más?.
-
- HERODES: No, ya me basta con eso
- id para vuestro destino,
- pues me habéis dejado satisfecho
- en lo que os he pedido.
-
- SE VAN LOS SABIOS Y SIGUE HERODES
-
- HERODES: Supuesto, señores, que ya están Vds. enterados por las
declaraciones que os han dado las escuelas, que la ciudad de Belén es la patria
del Niño que Vds. buscan y en quien todos esperamos. Id en paz, id en paz, y
adquirid noticias de él, si ha nacido o no, en estos días, que nada se os
ocultará a vuestra diligencia; si le halláis, después de que le halláis
hallado, reconocido y adorado, tendría por un gran servicio vuestro que
volvierais por aquí a darme noticias de Él, pues yo también quiero adorarle y
hacerle el homenaje debido, como quien nace Príncipe de todos y Monarca
soberano.
-
- LOS 3 MAGOS: ¿Belén está de aquí muy cerca?.
-
- HERODES: Sí, cerca está. Si hace falta guía tomadla de aquí de mi casa
la que os pareciese y de mi corte la que os diese gusto. Para mayor seguridad os
proveeré de un salvoconducto.
-
- LOS REYES: Gracias Alteza. Vamos muy agradecidos.
-
- SE VAN TODOS Y APARECE DE NUEVO LA ESTRELLA
-
- MELCHOR: ¡Oh! qué gozo compañeros,
- que alegría sin igual
- pues ya la estrella en el aire
- se nos volvió a presentar.
-
- GASPAR: Qué remedio tan crecido
- en tanta necesidad
- pues ya la guía del cielo
- se nos volvió a presentar.
-
- BALTASAR: Vamos a Jerusalén
- a ver si hallamos razón
- en donde y cuando ha nacido
- ese Divino Señor
- por quien andamos rendidos.
-
- MARCHAN LOS REYES Y LOS PAJES
-
- CANTAN LOS PAJES Y RESPONDEN LAS VÍRGENES:
-
- PAJES: Herodes a los Magos
- dice astutamente
- seguid vuestras huellas
- y sed diligentes
- en buscar al Niño,
- yo alegre adorar.
-
- VÍRGENES: A los trece días a Belén llegar.
-
- PAJES: Al salir los Magos
- de Jerusalén
- la estrella brillante
- se muestra otra vez,
- siguen su camino hasta se quedar.
-
- VÍRGENES: A los trece días a Belén llegar.
-
- AQUÍ SE ACERCA EL GUARDIA 1º
-
- GUARDIA 1º: ¡Alto!, ¿qué viajes traen vuestras altezas por los dominios
de mi señor?
-
- MELCHOR: Venimos en busca de un niño recién nacido, Rey de los Judíos.
-
- GUARDIA 1º: Aquí no tenemos más Rey que Herodes y preguntar por otro, lo
tenemos por mucho agravio.
-
- GASPAR: No os alteréis. Traemos salvoconducto del Rey Herodes, para
buscarle en Belén y darle noticias de Él.
-
- GUARDIA 1º: No me conformo con eso.
-
- GASPAR: ¿Se conforma Vd. con esto?. (Le muestra un papel).
-
- GUARDIA 1º: (Leyendo)
- Según lo dispuesto
- por su real majestad,
- pasen los Reyes adelante
- hasta llegarle a encontrar.
-
- CANTAN LOS PAJES Y RESPONDEN LAS VÍRGENES:
-
- PAJES: Sangre derramada de tiernos infantes
- allí manifiesta y explica bastante
- que al Hijo de Dios quisisteis matar.
-
- VÍRGENES: A los trece días a Belén llegar.
-
- PAJES: A adorarle llegan con mucha humildad
- y unidos le ofrecen dones de piedad
- oro, incienso y mirra para declarar.
-
- VÍRGENES: A los trece días a Belén llegar.
-
- PAJES: También le ofrecemos con mucha paciencia
- la mirra preciosa de la penitencia
- si morir queremos con seguridad.
-
- VÍRGENES: Al fin de la vida la gloria alcanzar.
-
- MELCHOR: Qué designios compañeros
- son los que la estrella da,
- ya que por sus movimientos
- ¿por ventura, será aquí
- donde el nuevo Rey está?.
-
- GASPAR: No, no debe de ser aquí,
- pues es estrecho el local
- y en un albergue tan pobre
- no se debe de hospedar
- la magnitud de un Rey-Niño
- siendo Dios y hombre mortal.
-
- BALTASAR: La estrella no se ha movido
- volvamos a preguntar.
- (SE ACERCAN AL PORTAL Y SIGUE BALTASAR)
- Señora, ¿sabrá Vd. por ventura o tendrá noticia sobre en qué parte de
estos barrios está profetizado que ha de nacer el Mesías prometido?.
-
- VIRGEN: No lo sé, pregunten Vds. a los doctores de la ley, que ellos les
darán razón.
-
- VOLVIÉNDOSE ATRÁS EL REY DICE:
-
- BALTASAR: ¡Oh! ¡Válgame el cielo! ¿Dónde se nos ocultará ese
Rey-Infante?. Los magnates de la ciudad ya nos han dicho que no saben de Él, la
estrella con su lengua muda nos demuestra que está aquí. La señora de la casa
parece que nos lo niega, pues bien, volvamos allá con todo a hablarla que si es
pobre, talle tiene esta mujer de suma reina y madre.
-
- MELCHOR: ¡Hermosa Señora!, sabed que venimos de remotas provincias
rompiendo incomodidades de caminos tan largos, en busca de un niño recien
nacido, la guía que el cielo nos ha dado, nos demuestra que está aquí. ¿No
nos haréis el favor de mostrarnos si tenéis algún hijo?.
-
- VIRGEN: Un hijo tengo y no lo puedo negar.
-
- GASPAR: Y ¿cuánto tiempo ha que ha nacido?.
-
- VIRGEN: Sólo trece días hace que al Sol de Justicia del mundo se
manifiesta.
-
- BALTASAR. Y ¿nos haréis el favor de mostrarle?.
-
- VIRGEN: Me place (Y LE DA EL NIÑO)
-
- GASPAR: Y ¿cómo se llama este tierno infante?.
-
- VIRGEN: Llámase Manuel, y si por otro nombre le buscáis, llámase Jesús.
-
- TOMA AL NIÑO GASPAR Y DICE:
-
- GASPAR: Seas dulcísimo Jesús mío, bien venido, para salud y remedio de
los mortales. Ojalá todos supiéramos agradecerte tan sumos beneficios, pues os
habéis humillado a experimentar miserias de esta vida, sólo por provecho
nuestro. Mil alabanzas os den todas las criaturas y a vuestras plantas tributen
beneficios, consagren rendimientos y rindan vasallaje, pues como a Dios y como a
Rey visteis y os postrasteis a vuestro gusto, y son trazas vuestras nacer en
esta pobreza y no en palacios suntuosos. No nos toca a los hombres escudriñar
vuestros arbitrios. Serviros y amaros es lo que nos toca. Y a vos casta Señora,
Madre-Virgen, planta de José y como tal aplaudida rosa de Jericó, tan deseado
y tan buen fruto habéis dado, ¡Viváis lo que dure el mundo! ¡Bendita seas
entre todas las mujeres!. Mil bendiciones os den los coros sagrados en fe al
homenaje que habéis hecho a vuestro Hijo Santísimo, servir Señora, dones
pequeños, que con corazón sencillo tributan vuestros afectos, pastillas de la
Arabia ofrecen al Niño-Dios, el oro es el sol guía que ofrece al Rey, la mirra
preservativa de su sepulcro.
-
- GASPAR DEVUELVE EL NIÑO A LA VIRGEN
-
- OFRECIMIENTO DE LOS REYES
-
- (Los Reyes se despojan de las coronas para hacer las ofrendas)
-
- MELCHOR: Yo el oro, Jesús te ofrezco,
- pues como Rey superior
- bajasteis del cielo empíreo
- para nuestra salvación.
-
- GASPAR: Yo el incienso os ofrezco
- alto y poderoso Dios.
- que sólo a Vos pertenece
- este holocausto de honor.
-
- BALTASAR: Yo la mirra os ofrezco
- penitencia yo Señor
- para que se verifique
- que es por nuestra Salvación.
-
- LA VIRGEN COGE AL NIÑO Y DICE:
-
- VIRGEN: Niño hermoso. Ya como los Reyes te adoraron recibe mi cariño como
el de ellos, pero pobre de mí, que me faltan el oro y el incienso para
ofrecerte, aunque mi caridad y oraciones sean más que suficientes para
cubrirlo. Lo que sí es seguro que hallaréis en mí es la mirra amarga para con
Vosotros. Pero pare mío, yo os ofrezco mi corazón pero como si está lleno de
espinas, mi alma como si está seca y sin flor alguna, mis sentidos como si
están vaciados y son inútiles. Lo que sí os ofrece a Vos es muy agradable, es
el corazón de vuestra madre amantísima que está lleno de fragantes lágrimas
amorosas, su corazón encendido, recibidle padre de misericordia. Este corazón
en nombre suyo, para que sirva de prenda segura para ir a la gloria eterna, la
que todos esperamos. Amén.
-
- SE ACUESTAN LOS REYES Y CANTA EL ÁNGEL
-
- ÁNGEL: Reyes famosos de Arabia
- que dejasteis vuestros reinos
- y con humildad vinisteis
- a adorar al Rey del cielo.
-
- El que antes habéis traido
- con alegría y contento
- de gozo y de gracia lleno
- también de paz y consuelo.
-
- Levantáos presurosos
- de vuestro profundo sueño
- caminad a vuestra patria
- por un camino diverso.
-
- Sin ver al impío Herodes
- traidor, rabioso y perverso
- que al Dios que habéis adorado
- quiere degollaros, el necio.
-
- No, no contra Dios no hay acechanzas
- ni valen malos intentos
- que Herodes será oprimido
- para siempre en los infiernos,
-
- con todos los malechores,
- ¡qué horrores y qué tormentos!
- Vosotros guardad la ley
- que Dios os dará su premio.
-
- que el Niño que habéis tenido
- estrechado en vuestro pecho,
- le llegaréis a gozar
- por los siglos sempiternos.
-
- Junto con los serafines
- de los encumbrados cerros,
- os anuncio esta nueva
- de parte del Dios Supremo.
-
- No volváis tres Reyes Magos
- a Herodes con la respuesta,
- dejaréis esos caminos
- cogeréis por otras sendas,
- y con esto concluimos
- ¡Dios nos dé la Gloria Eterna!
-
- MELCHOR: ¡Gaspar! ¡Gaspar!
-
- GASPAR: ¿Qué quieres Melchor?
-
- MELCHOR: Por ventura ¿no has oído, al parecer, una voz angelical,
manifestando los grandes prodigios que la Divina Providencia, nos tiene tan
reservados para los que fielmente le sirven?.
- Pues me ha dicho que no volvamos a nuestra patria por donde está Herodes,
porque nos anda buscando para darnos muerte igualmente que al Niño-Dios.
-
- GASPAR: Pues ¿sabes que lo mismo he oído yo?
-
- MELCHOR: Llama a Baltasar.
-
- GASPAR: ¡Baltasar! ¡Baltasar!
-
- BALTASAR: ¿Qué quieres Gaspar?
-
- GASPAR: Por ventura no has tenido la revelación que el factor de todo lo
creado se dignó comunicarnos, que no volvamos a nuestra patria por donde está
Herodes, porque anda buscándonos para darnos la muerte igual que al Niño-Dios?
-
- BALTASAR: Pues ¿sabes que la misma revelación he tenido yo?. Ya que el
Señor de todo lo creado se dignó comunicarnos el mal a que estamos expuestos,
justo es que marchemos por diversos caminos despidiéndonos del Niño y de su
Madre.
-
- DESPEDIDA DE LOS REYES
-
- REYES Y PAJES: ¡Adiós Virgen del Rosario!
- ¡Adiós Flor de Jericó!
- pues nos vamos muy gozosos
- de haber visto al Niño-Dios.
-
- VÍRGENES: Id con Dios, Reyes de Arabia,
- a vuestra patria querida
- siempre irá en vuestra compañía
- este Hijo de María.
-
- REYES Y PAJES: Vámonos de aquí los Reyes,
- sigamos nuestro camino
- que la estrella guiadora
- ya cumplió con su destino.
-
- VÍRGENES: Id con Dios Reyes de Arabia
- con la guía de los cielos
- que llevéis felicidad
- para entrar en vuestro reino.
-
- REYES Y PAJES: Quédese con Dios Señora,
- la del manto cristalino
- échenos la bendición
- que nos vamos de camino.
-
- VÍRGENES: Id con Dios Reyes de Arabia
- a vuestra patria ...
-
- REYES Y PAJES: Quédese con Dios Señora
- madre de consolación
- y con tu mano derecha
- échenos la bendición.
-
- VÍRGENES: Id con Dios Reyes de Arabia
- con la guía ...
-
- REYES Y PAJES: Quédese con Dios Señora
- madre de gracia y graciosa
- pues venimos en tal día
- en que floreció la rosa.
-
- VÍRGENES: Id con Dios Reyes de Arabia
- a vuestra patria ...
-
- REYES Y PAJES: Floreció un lindo clavel
- caída de grana toda
- derramada por el mundo
- un buen cristiano la atropa.
-
- VÍRGENES: Id con Dios Reyes de Arabia
- con la guía ...
-
- REYES Y PAJES: Cristianos queréis saber
- de Cristo y de sus banderas
- con una cruz en los hombros
- diciendo de esta manera.
-
- VÍRGENES: Id con Dios Reyes de Arabia
- a vuestra patria ...
-
- REYES Y PAJES: Ya de haberos ofendido
- Señor, me pesa muy bien
- por vuestros preciosos dones
- pedimos nos perdonéis.
-
- VÍRGENES: Id con Dios Reyes de Arabia
- con la guía ...
-
- REYES Y PAJES: Quédese con Dios, Señora,
- la del dorado clavel
- hasta de hoy en un año
- que nos volvamos a ver.
-
- VÍRGENES: Id con Dios Reyes de Arabia
- a vuestra patria ...
-
- FIN DEL PRIMER ACTO
-
-
- ACTO SEGUNDO
-
- HERODES: ¿Qué se cuenta por las calles y las plazas y qué se dice de esos
hombres que han venido del Oriente?
-
- GUARDIA: Señor, toda la ciudad está llena de admiración y asombro, apenas
se oye otra conversación que la llegada de los tres Reyes extranjeros. ¡Me ha
llamado la atención! Se dice que ha nacido el Mesías, el Deseado de las
gentes. Los sabios sacerdotes y doctores de la ley aseguran que es el tiempo de
las profecías que anuncian su venida al género humano, y ya se han cumplido.
Las setenta semanas de Daniel están al tocar su término y los hijos de Judá
están gobernados por extranjeros y otras mil y mil razones dan las sagradas
escrituras. Esto es, Señor, lo que se dice y oye en todas las calles, plazas y
reuniones, no se oye otra cosa.
-
- HERODES: ¡Bien! ¡Bien!, y ¿no habrá ido de aquí alguno a Belén, a ver
si esos Reyes de la Arabia encontraron o no al Niño por quién preguntaban?
-
- GUARDIA: Nada se sabe, pero probable es que sí haya ido alguno a Belén,
porque el hecho es muy ruidoso, pero hasta ahora nada se sabe, o por lo menos no
ha llegado a nosotros noticia alguna.
-
- HERODES: Pues, id a Belén e informaos diligentemente y volvedme, con la
mayor brevedad, con la razón que acerca de esto podáis adquirir.
-
- GUARDIA: ¡Bien! ¡Bien!, y con gusto hemos de caminar.
-
- VA CORRIENDO EL GUARDIA DONDE OTROS DOS GUARDIAS
-
- GUARDIA 1º: ¡Señores! ¿no han llegado aquí unos hombres extranjeros con
trajes de reyes preguntando por el nuevo Rey de los Judíos, cuyo nacimiento
decían que les había sido anunciado por una estrella que les había servido de
guía en el camino hasta llegar a Jerusalén?. Allí se les ocultó y ellos de
aspecto amable y risueño visitaron a Herodes. Nuestro Rey Herodes mandó llamar
a los sabios y doctores de la ley y les preguntó ¿dónde había de nacer el
Cristo?. En Belén de Judá, le respondieron y a Belén les envió. Si han
llegado o no, no me engañéis, decidme la verdad.
-
- GUARDIA 2º: ¡Si, Señor! Aquí han llegado unos hombres extranjeros con
trajes de reyes y con todas esas señales que Vd. dice, pero no fueron vistos ni
oídos, no sabemos su paradero. Quiénes eran, no se puede adivinar, unos lo
aseguran, otros lo niegan, no sabemos quién acertará, lo cierto es que en
todas las calles y plazas más notables de Belén, en ninguna de ellas se
hallan. Si están en Belén están ocultos, esto es señor lo que podemos decir
en favor de la verdad.
-
- EL GUARDIA VUELVE A PALACIO A COMUNICÁRSELO A HERODES Y DICE:
-
- GUARDIA 1º: ¡Tras de que mi amo está que giba …!
-
- PAJE: ¡Señor! ¡Señor!. Registré las calles y las plazas más notables
de Belén y no hubo quién me diera razón de ese Rey-Niño, por quien
preguntaban los Reyes árabes, no encontré ni supe de ellos otra cosa más que
habían llegado a Belén, pero dónde se hospedaron, ni cuanto tiempo
estuvieron, absolutamente nada se sabe.
-
- HERODES: ¿Qué es esto? Parece que me hallo burlado con las cosas que se me
dicen. ¡Deja! ¡Deja!, yo mismo en persona he de ir a Belén a ver si es cierto
que ha nacido ese nuevo Rey … ¡Ministros! ¡Ministros! (CORREN LOS GUARDIAS).
Mirad y registrad las calles y las plazas de Belén y dadme parte si halláis
razón o vestigio de Él. ¡Ordenanzas! ¡Ordenanzas!
-
- LOS TRES MINISTROS RESPONDEN A LA VEZ: ¿Qué nos querrá mi señor que tan
deprisa nos llama?. Sin duda nos quiere preguntar por los tres Reyes de Arabia.
-
- HERODES: ¿Qué habéis visto, qué habéis visto?.
-
- MINISTROS: Nada, Señor, nada se sabe.
-
- HERODES: ¡Bueno! ¡Bueno!. Esos Reyes de la Arabia, creo se han burlado y
no se han atrevido a pasar por mi corte, ni ponerse en mi presencia. En ellos
todo fue ilusión, todo fue un puro engaño, un sueño, volverán corridos a su
país, llenos de confusión y vergüenza.
-
- EL ANCIANO SIMEÓN TOMANDO AL NIÑO EN BRAZOS
-
- Perdón Jesús mío
- perdón e indulgencia
- perdón y clemencia
- perdón y piedad.
-
- Jesús amable
- Jesús piadoso
- dueño amoroso
- Dios de bondad.
-
- Con esos rayos
- de luz divina
- ven e ilumina
- mi ceguedad.
-
- ¡Oh! mi Dios-Niño
- gracias os doy
- por verse cumplido
- lo que deseaba yo,
-
- Y ahora Señor,
- deja que vaya en paz
- vuestro siervo,
- porque ya vieron sus ojos
- tu Salvador, tu Salvador.
-
- MOSTRANDO EL NIÑO AL PÚBLICO:
-
- Le veis, Este es el Rey de los reyes, el Deseado de las gentes, el anunciado
por los profetas, el Divino Salvador. Le veis, Éste es.
-
- CANTA EL ÁNGEL:
-
- Y tú, José, casto esposo
- amante y fiel compañero
- de la mujer más hermosa
- que ha creado el ser Supremo,
-
- que es Virgen pura y es Madre
- Madre del Divino Verbo,
- levántate y coge al Niño
- y con su Madre al momento
-
- huye a Egipto y allí habita
- hasta otra vez de nuevo
- vuelva yo a darte razón
- de que vuelvas a tu pueblo.,
-
- porque si no el necio Herodes
- de furor y rabia lleno
- quiere degollar al Niño,
- mas no logrará su intento.
-
- y con esto concluimos
- por los siglos sempiternos.
-
- JOSÉ : ¡María! ¡María!
-
- VIRGEN: ¿Qué quieres José?
-
- JOSÉ: ¿Sabes qué me ha revelado un ángel en sueños?, que no volvamos a
nuestra patria por donde está Herodes, porque el pérfido y cruel intenta
degollara al Niño y a nosotros también si nos ponemos en su camino.
-
- VIRGEN: Ea pues, vámonos para libertarnos de su poder.
-
- CANTAN LAS VÍRGENES:
-
- En Belén una niña
- presura por su gracia
- toda llena de dones
- y de gracia adornada
-
- Se arriman a una puerta
- piden por Dios posada,
- responden los de dentro
- ¿quién a estas horas llama?.
-
- San José un pobre anciano
- que trae en su compaña
- una doncellita hermosa
- pero bien ocupada.
-
- Si traen dinero entren
- y si no no hay posada.
- Dinero no traemos
- solo que un real en plata.
-
- Esa es poquita moneda
- váyanse para otra casa.
- San José se afligía
- la Virgen le consolaba.
-
- No te aflijas José,
- no te aflijas por nada,
- ¿qué más consuelo quieres
- que el hijo de tu compaña?
-
- que es Rey de cielos y tierra
- y Redentor de las almas
- vámonos poquito a poco
- pisando en nuestras plantas,
-
- hasta la gran Judea
- de aquellas tristes montañas
- donde dio al mundo María
- un Niño con su gracia.
-
- Ya se tocan violines
- ya se tocan guitarras
- ya se tocan trompetas
- y música redoblada.
-
- Quédense con Dios todos
- los de la casa santa
- hasta de hoy en un año
- que a Dios demos las gracias.
-
- GUARDIA 1º: ¡Señor! ¡Señor! un hecho muy ruidoso y notable acaba de
suceder en la ciudad.
-
- HERODES: ¿Qué es? ¿Qué es?
-
- GUARDIA 1º: Una mujer se ha presentado hoy en el templo a cumplir la ley de
la purificación y llevaba en sus brazos un niño hermosísimo en extremo. El
venerable anciano Simeón, bien conocido en la ciudad, le ha cogido en sus
trémulas manos y ha exclamado en voz alta que aquel es el Mesías, el Rey de
los Reyes, el Anunciado por los profetas, y una viuda con más de ochenta años
ha entonado con Simeón la alabanzas a aquel Niño, de quienes todos confiesan y
aseguran que es Dios.
-
- HERODES: No, para que este Rey-Niño no sea Príncipe de la tierra, ni
monarca soberano, es preciso que muera, morirá, aunque supiera yo, ser
interrumpido por aquella vil centella, si todas glorias que nuestros sabios
sueñan en el porvenir. ¿Qué importa que ellos sean esclavos después de mi
muerte, se ellos han pronunciado mis glorias, ajado mi nombre y renegado de mi
política. Jesús y esos Reyes de Arabia, me han venido con la nueva; sin duda
esa estrella …, y si ese astro les ha guiado por otro camino … soy perdido
(SALE FUERA DEL PALACIO) Soy el desprecio de todos, los reyes árabes se han
burlado de mí, cuando creía yo que habían sido engañados. Me quitarán mi
cetro y la corona que tan injustamente he usurpado, voy a ser el escarnio y
oprobio de todos, pero las calles y plazas de Belén y sus inmediaciones han de
quedar empapadas en sangre humana. Si ese Cristo está profetizado, si ese
verdadero Rey-Mesías que se espera es cierto que ha nacido y esos príncipes
extranjeros le hallan y le adoran soy perdido!. Mi corona queda por el suelo
(TIRA LA CORONA) y acaba toda mi omnipotencia. Que, aunque tengo al César de mi
parte y a muchos ejércitos de príncipes nobles, al saber que ha nacido ese
nuevo Rey-Mesías, titubearán todos, aún los más allegados, todos me negarán
su obediencia y cuando mis propios hijos hoy se han echado contra mí y han ido
a acusarme a Roma ¿qué puede esperarse de extraños?, así, una de dos, o
desceñirme de laureles o prevenirme de remedios o cargarme de venganzas o hacer
rostro a la fortuna o desamparar la corte o si no dejar el mando. (TIRA LA
ESPADA). Pero ¿qué temo yo que haya nacido o no ese Rey rapaz cuando a fuerza
de batallas gané yo de Jerusalén los altos muros?, y a fuego y a sangre puse a
mis pies las mayores plazas de Judea. Pero ¿qué temo yo?, ¿haya de poder ese
Rey-Niño más que yo y a cuántos escuadrones como venció mi mano?. ¿Por qué
desmaya mi valor?. Pero no nos dejemos a la confianza, porque un rey por
pequeño que sea y pobre que parezca, hace temer a la justicia. El quitar el
estorbo es lo que importa, atarle a punto los pasos es lo que conviene, si es
que ha nacido en Belén y los reyezuelos no me han venido con la nueva no hay
sino matarles luego, al punto, pues, aunque aquella ciudad quisiera defenderle,
con facilidad puedo yo pasarles a cuchillo. ¿No es el César el que me dio a mi
la corona?.
-
- PAJE: ¡Sí, Señor!
-
- HERODES: ¿No tengo yo al romano imperio de mi parte?
-
- PAJE: ¡Sí, Señor!
-
- HERODES: Pues por estragos que haga en defenderla, todo me será muy bien
contado, y aunque convierta en cenizas a Palestina, no me han de hacer cargo de
ello (DESDE EL PALACIO GRITA …) ¡Ministros! ¡Ministros! Id a Belén y
degollad a todos los niños de dos años para abajo.
-
- LOS GUARDIAS ACOMETEN CONTRA LOS NIÑOS.
-
- GUARDIAS: ¡Señor! ¡Señor! los niños lloran, los padres se acongojan y
no quieren obedecer.
-
- HERODES: ¡Adelante, ministros, adelante¡ No hay que hacer caso de llanto
de niño ni congoja de mujer. ¡Muera aquí ese Rey-Niño! ¡Muera aquí ese
Cristo! ¡Muera!. Y con mis propias manos le he de quitar la vida. Y a esos
Reyes de Arabia yo les daré las albricias que se merecen, yo les daré un buen
hallazgo dándoles la muerte, pues si piensan volver a sus tierras con las
nuevas, están equivocados, pues ha de quedar ejemplo de mi castigo y el blanco
de mi rigor … mi espada bañada en sangre.
-
- CONTRADICIENTE: ¡Pero Herodes! Tú ¿qué hiciste? ¡Pero Herodes! Tú
¿qué has hecho? ¡Oh! Rey cruel, has hecho víctima a los más inocentes de
Belén dejando bañada en sangre la ciudad y sus contornos, ¡matanza la más
horrorosa!. Has matado más de catorce mil niños, que han sido degollados y
segados como botones de rosas, que al abrir sus capullos los has asesinado. La
sangre que corre hoy por las calles y las plazas hacen al hombre de más duro
corazón llorar; al oír los clamores de los padres, los alaridos de las madres,
los llantos de los hermanos y gritos de los parientes se oscurece el sol y a ti,
¡oh rey cruel! ¿nada te sobrecoge?, ¿qué será de tu pobrecita alma? caerá
en manos del dragón infernal y tu cuerpo comenzará a pudrirse y a brotar por
todas partes un hormigueo de gusanos que cebados en tu carne medio podrida, te
comerán vivo ¡vivo! y tus dolores serán tan crueles, que ni tu mujer ni tus
hijos podrán soportar el hedor y hediondez que de tu cuerpo saldrá, serás
condenado para siempre al fuego eterno. Fementido Herodes, rey asesino,
ambicioso, sacrílego y embustero, ¿por qué temes la gran nueva que hoy te han
comunicado los magos? Nueva que a ti solo te entristece y a todo el mundo da
alegría. ¿Por qué surcan tu frente tan profundas arrugas y cargas tus
intenciones con tan malas ideas? Se oscurece sin duda esos indicios de un
delicioso temor que te rodea de plano. Confesamos todos y gritamos todos que no
te place, pues ella sólo te obliga a discurrir en verdad de tu elevado puesto.
Bambolea desgraciado de la más borrascosa tempestad.
-
- HERODES: Pues ¿quién eres tu para pelear contra mi, teniendo yo todo el
ejército a mi mandato? ¡Calla! ¡Calla! y no vengas a insultarme con
blasfemias y amenazas, pues si tu no eres más que uno de la parte de esos
advenedizos, de esos negros que vienen hoy preguntando por el nuevo Rey de los
judíos ¿Podrá darse más burla que a un hombre como yo se le hable de este
modo? Pues quién hay que pueda sufrirlo y no haga mil locuras? ¡Vivan los
cielos sagrados! que ha de costar esta burla más muertes y estragos que se
hayan conocido en el orbe. Si es que le han hallado y por no venir aquí se han
ido por otro camino, yo me los buscaré entre regueros de sangre, la mayor
matanza he de intentar que se haya visto en historias, pero para que ningún
embustero se libre de la muerte no ha de quedar en Belén y comarca niño que no
me la pague. Si es adagio común que han de pagar inocentes lo que deben
culpables, sólo mi rigor se ha de ver muy bien cumplido y en mi igualdad se ha
de ver el non plus ultra, y mientras yo viva no ha de haber más rey que yo, a
pesar del mundo entero y para no andar cada día en estos sobresaltos, yo
agotaré la sangre macabea, sin que quede en su estirpe quien pueda aspirar al
cetro.
-
- CONTRADICIENTE: ¡Oh! ¡Rey ingrato y perverso! ¿Por qué temes verte
despojado del cetro y últimamente tan descontento?. A todo el mundo tienes
engañado. Deja el mando sin tardanza, que tú no eres el ungido por el Señor,
ni el elegido por el pueblo, tú no has sido mas que el afortunado que has
tenido la osadía de presentarte hoy aquí haciendo el papelón de hipócrita,
vomitando por esa boca, blasfemias y amenazas contra el divino niño. ¿Qué
aceptación esperas tener ante todos tus vasallos?. Ninguna, para el caso, sólo
un puñado de cortesanos y cobardes son los que tienes a tu favor. Contra ti
tienes a todos que a cada paso te están insultando; los doctores de la ley y
tus entusiasmados discípulos, en una palabra, contra ti los tienes a todos y
ninguno a tu favor.
-
- HERODES: Pues, ¿quién eres tu para venir aquí, a mi palacio, a insultarme
de este modo?. Si ese hijo de David no es más que un vil-pinel-atalia y esa vil
mujer no ha conocido más que un niño en la cuna de la mortandad de la familia
de David, a ese Rey-Niño le he de quitar yo la corona y la vida, pero yo
procuraré de no olvidar nada. ¿Pero dónde se ha de ocultar ese Rey-Niño, a
quién proclaman los astros, y envían a los magos a las puertas de mi palacio?.
A esos insolentes sátrapas. Será un siglo profetizado por Jacob o serán puros
sueños de astrólogos, pero no importa, es preciso cerciorarse.
-
- CONTRADICIENTE: ¡Oh rey infesto y malvado, Herodes! ¿tendrás valor para
ejecutar contra el Divino Niño tantas blasfemias y amenazas y tantos daños y
estragos como intentas ejecutar? Concluye con lo que te digo; y razónalo antes
de que te pase con la punta de mi espada y con mi lanza corte todos tus bríos y
quedes hecho ceniza, mal hablado, tu poder será abatido; tu orgullo será
oprimido, tus crímenes serán castigados y tú serás destruido con una muerte
rabiosa y desesperada y arrojado a las profundas llamas.
-
- HERODES: Ya se cumplió mi deseo. Ya está todo ejecutado. Ya he degollado
los niños de dos años para abajo. Ya recibió mi corazón una profunda
alegría porque se cumplió mi deseo. Ya he derramado la sangre de ese rey rapaz
que proclamaban los hebreos. Ya vengué la traición de ese rey Mesías que me
quería quitar la corona y destruir mi reino. Peor, sí temo, que si de catorce
mil niños degollados no he encontrado al que deseaba … ¡soy perdido¡ pero,
¿cómo será posible se haya librado de manos de mis vasallos? Pero, ¿dónde
se ha de ocultar ese Rey fingido por los astros que amenazaba mi reino con tanta
fuerza y esos reyes de la Arabia buscaban con tanto cuidado? Pues, ¿qué
creían ellos, que no le había de encontrar y darle muerte, teniendo yo al
romano imperio de mi parte y a cuantos escuadrones como venció mi brazo?. Pues,
¿por dónde le vino la corona a ese reyezuelo para destruir mi reino? Algún
sueño de astrólogo o de mujer diciendo que era verdadero rey de los judíos o
fingido por los reyes extranjeros de la Arabia. Pero, sólo temo que llegarán a
adorarle y a hacer creer al pueblo en su venida. ¿Cómo se fueron de mi palacio
sin darles la muerte fingiendo embustes y engaños? Pero, ¿cómo podré yo
creer que siendo Rey de Reyes naciera en un portal y no en palacio suntuoso?
Pues no, no hay que dudarlo, ese Rey fue fingido por los Reyes extranjeros y
pusieron a esa mujer para destruir mi reino. Pero mientras viva no ha de haber
más rey sobre la tierra que yo.
-
- CONTRADICIENTE: ¡Oh rey!, ¡el mas injusto de la tierra! ¡Tu poder delante
de Dios,
- será acusado! ¿Por qué te alegras de tanto mal como tus potencias han
causado? ¿Por qué has derramado tanta sangre? ¿Qué situación esperas tener
ante todos tus vasallos? ¿Por qué persigues los pasos de ese nuevo rey que nos
ha venido? ¿Por qué has querido derramar la sangre de los tres Reyes de la
Arabia, que venían a adorarle con tanto cuidado? ¿Cómo creías tú, Herodes,
que se te iban a escapar sin quitarles la vida? Pero un ángel del cielo les
anunció como nos avisará a ti y a mí para la muerte. No quiero decirte más.
¡Oh rey infesto y soberbio!, sólo con lo que te digo, te basta bien; tu poder
será abatido y disminuido, tu orgullo será oprimido y tus crímenes serán
castigados con una muerte rabiosa y desesperada.
-
- HERODES: ¡Retírate! ¡Retírate! insensato, que faltas a mi derecho y
autoridad, pues si quieres que descargue contra ti todo el rigor de mi ira para
todo hay lugar.
-
- CONTRADICIENTE: ¡Oh rey ingrato! Mandas y dices que me retire, vanas son
tus
- fuerzas y cobardado te veas. Sal, sal al campo, y aquí nos batiremos cuerpo
a cuerpo y brazo a brazo (CHOCAN LAS ESPADAS). Yo quedaré vencido de ti, pero
iré diciendo, ¡Muera, sí, ese rey Herodes!. ¡Viva, sí, ese Rey Niño! ¡Oh
gloria de los ángeles! El glorioso San José nos acompañe en la tribulación y
la Reina Soberana nos dé parte en su honor, y ese Divino Niño, derrame sobre
nosotros sus bendiciones para que un día podamos verle y adorarle en las
eternas mansiones de la Gloria, la que todos esperamos. Amén.
-
- HERODES: ¡Tuyo es el mando!; yo me voy a mi palacio a recobrar mis honores
y disfrutar de mis habilidades.
-
- De hoy en un año, señores.